LOS ELEFANTES - LAS PEROLAS DE MOTAS


Desenfado pulcro. Letras irrelevantes en medio de arreglos excelsos son la descripción corta de un proyecto de ska bogotano que se ha convertido en una institución del género en Colombia. Cuatro placas discográficas en su haber, provistas de gran variedad, buenas porciones de ingenio y desparpajo refrescante. Todo comenzó con Las Perolas de Motas.

                

1999. Un álbum debut clave para comenzar a consolidar la escena ska colombiana, donde apenas despuntaba gente como La Severa Matacera, Skampida o la versión más pura de Doctor Krapula. A diferencia de estos artistas, el sonido de Los Elefantes era muy distinto y para nada contestatario. Su pauta era el divertimento sin prejuicios bajo la batuta de un buen oído.

Pablo Miranda (teclado y arreglos) y Hugo Corredor (voces y letras) son los paquidermos más traviesos de esta pléyade de trompas que conjuran un ambiente barrial, argot de amigotes que se burlan de todos y de ninguno, junto a una amplia gama de influencias que van desde el rocksteady, reggae, funk, jazz, sonidos balcánicos y obviamente, ska y más ska.


La capacidad de crear arreglos en este disco es infinita. Desde la sencilla bienvenida onomatopéyica de "Nuestra Granja", el bombazo adaptado de Goran Bregovic con olor a humo de "Peche", los destacados cambios de tempo y de temperamento en "Don Tomate" y "No Tomo Ron", la nasalidad de Corredor en el relajado pero non sancto clásico ska "Boca e Caimán", hasta el tono callejero de "La Sapo Rita" con el inolvidable epitafio de  'Querido esposo aquí yaces y haces bien'.

Sin discursos trascendentales, Las Perolas de Motas es uno de esos discos fundamentales al hablar de ska colombiano.


GRAN TRACK. Con unas cuerdas a lo John Barry, entre lo suspensivo y lo divertido, el insulto al vejete de "Mi Papá es el Cómico Vinagre" es un tour magnífico por cambios de tempo, giros sorpresivos y frescura sin final. Es la canción diferente.

MAL TRACK. Aunque sigue siendo de aplausos su zona de arreglos, "Los Gasca Brothers" es su pieza más circense, lo que los acerca a la odiosa teoría de que el ska es 'música de payasos'.




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