BONNIE RAITT - GIVE IT UP


Disco publicado en enero de 1972

Bonnie Raitt es reconocida masivamente por su lado pop suave y tono adulto contemporáneo que logró con Nick of Time y sus pegajosas tonadas de comienzos de los 90s, pero es un desperdicio no apreciar sus grandes dotes como guitarrista y representante de un blues revival que nos regaló a comienzos de los setentas con su segundo disco, Give it Up.

                    

La destreza manual de Raitt con las cuerdas acústicas y vocales es un don a la altura de los grandes intérpretes y logra evocar los tiempos gloriosos del blues de los 40s, insertando sonidos de soft rock que tan bien se acoplaron a la década de los 70s, y una voz folk expresiva, despierta y en algunos momentos melancólica. Como valor agregado, una sección de vientos que le brinda nostalgia animosa a algunas de las 10 canciones de su placa.

Raitt no era especialmente famosa en 1972. Los críticos la querían, su sonido era elocuente y su interpretación era pulcra, pero las ventas no fueron cómplices de aquel periodo germinal como artista. Condenada a ser en ese entonces una muestra de virtuosismo para la inmensa minoría, fue respaldada por músicos como el gran bluesman Paul Butterfield y el bajista de jazz Dave Holland.


La californiana mostró el poder de ese blues con vientos juguetones  en "Give it Up or Let Me Go", se acerca con desparpajo al Rhythm and Blues en "I Know"y "Under the Falling Sky" con Butterfield en la armónica, y apela a la nostalgia cercana al ragtime con "You Got to Know How".

Un album construido para el desamor, con letras de sumisión y desencanto resignado, con algún ápice de esperanza por renovar pálpitos bien correspondidos. El lado íntimo de Raitt se acerca a un folk melancólico en canciones de despecho puro y duro como "Nothing seems to Matter", "Love has no Pride" y se despacha en lamentos de amor con "If you gotta Make a Fool of Somebody" incluyendo solo de saxofón conmocionado.

Instrumentos con corazón para personas descorazonadas. Esa era la Bonnie Raitt del Give it Up.




GRAN TRACK. Una deliciosa evocación a las raíces se presenta con esa guitarra bluesera de Bonnie en "Love me Like a Man". Voz segura, punteos magistrales y una dama que interpreta mejor que cualquier hombre.

MAL TRACK. Compitiendo en melancolía con la versión de Linda Rondstadt, "Love Has no Pride" es una especie de folk sumiso que vive llorando el idilio fallido. Muy afinada Bonnie, pero esa dulzura retorcida de desamor a veces cansa.



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