MGMT - ORACULAR SPECTACULAR


Disco publicado en Octubre de 2007


Si el Verano del Amor tuviera nuevas ediciones en el siglo XXI, la banda sonora obligada la debería tocar MGMT. Una combinación surreal entre melodías psicodélicas, mensajes de paz y amor encriptados, beats actuales al servicio de la reminiscencia y una dulzura multicolor que no se digiere tan fácil a la primera escucha, pero va revolviendo las entrañas auditivas con el paso de los minutos.

              

Aquel universo paralelo que atrapa los 60s y los empaca en un paquete musical de los 2000s proviene desde Connecticut, EEUU. Abreviando el nombre The Management por temas legales, Ben Goldwasser y Andrew VanWyngarden debutaron con un album partido en dos ideas melódicas: la efectividad de un pop sintetizado y pegadizo y el rescate del rock psicodélico de la era hippie, apuntando desde unas voces jóvenes, dulces y quejumbrosas.

Viajes al pasado que salpican puntadas psicodélicas del Pink Floyd primigenio, del David Bowie seminal y de los Beatles más experimentales. Pero también puntadas a la vanguardia musical de The Flaming Lips, gracias a la producción de Dave Fridmann. Un viaje difícil de entender para el incauto, delicioso para el nostálgico y melancólico para el hippie que gusta de relamer sus glorias pasadas.

MGMT: Un dúo que va al pasado y vuelve al futuro.
Los teclados son el factor común durante esta aventura lisérgica. Potentes y electrónicos en pasajes, ácidos y florales en otros. Sus golpes radiales se basan en baterías potentes y sintetizadores robustos, haciendo de "Time to Pretend" y "Kids" parte del repertorio clásico contemporáneo. Aquel jugueteo electrónico conjuga fácilmente con el pop, se modera y sigue siendo exitoso con "Electric Feel" y su amor a lo Woodstock de siglo XXI, "This is what the World is, for Making Electricity".

La contraparte del disco es un tributo a la psicodelia de otrora con toques modernos. "Weekend Wars" es un disfraz sonoro que proviene de unos 60s rebeldes y alucinógenos; "The Youth" es pura nostalgia hippie venida del espacio; "The Handshake" es un ácido vanguardista que clama por no perder la libertad creativa en la desbocada industria musical; "Future Reflections" es un viaje de Apocalipsis dulce para cerrar el disco.

Hippismo de vanguardia originario de una tribu futurista. Así es el Oracular Spectacular.




GRAN TRACK. Elaborada, enérgica y provista de una belleza psicodélica difícil pero virtuosa, "Of Moon, Birds and Monsters" es la pieza magna del disco.

MAL TRACK. La visión de la destrucción en "Pieces of What" es contundente, pero su simpleza de corte acústico la hace ser la menos atractiva del álbum.


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