THE WEDDING PRESENT - GEORGE BEST



Disco publicado en octubre de 1987

Uno de los homenajes menos directos en la historia de la música se presentó a través de este título de orden futbolero, que evocaba la elegancia y precisión con el balón que transmitía el gran deportista norirlandés George Best, que en contraste tuvo un difícil idilio con el alcohol y la vida desordenada. Pero este álbum no tenía nada que ver con las vicisitudes de la pelota sino con las idas y venidas del amor, que terminaban siendo autogoles de orden romántico.

               

David Gedge armó The Wedding Present en Leeds hacia 1985. Su espíritu inicial fue independiente, influenciado por gente como Buzzcocks y Gang of Four. Pero su sonido claramente era un discreto contrapeso a The Smiths, con guitarras jangle veloces y un aire de romanticismo melancólico. El respaldo de Peter Solowka en cuerdas, Keith Gregory en bajo y Shaun Charman en batería lo llevó a grabar un album debut que sin querer, se fue convirtiendo en objeto de culto con el paso de los años. Cuando The Smiths colgaron sus instrumentos, The Wedding Present los agarraron y le metieron revoluciones al asunto. Fue un indie indómito de 12 canciones en vinilo.

Con la reverencia del astro futbolístico Best, salió una carátula engañosa aunque el album en esencia trataba del engaño. Dolores y desencantos, agravios amorosos, pétalos marchitos y desesperanza lírica que encontraba desahogo en una velocidad suicida a la hora de los riffs; dedos pasionales que expectoraban decepción, acordes endemoniados que lloraban lágrimas de despecho. Todo un caos vertiginoso en un equilibrado empaque de rock melódico, donde la velocidad nunca perdió la compostura y sostenía una expresión dulce en medio del dolor.

The Wedding Present en 1987. Gedge es el único miembro permanente.

La incómoda posición de ser el ex. Gedge y su lluvia de cuerdas ácidas y rápidas tomaron mucho en cuenta esa postura a partir de temas como "Everyone thinks he looks Daft", los ruegos en vano de "Something and Nothing"o el sarcasmo resentido de "Give my love to Kevin". La zona de clímax en aquellas guitarras filosas llenas de celos tristes se siente en su máxima categoría en "My Favourite Dress", amargura virtuosa. 'A stranger's hand on my favourite dress'.

La relación fallida como propósito es la sangre que circula por las cuerdas desesperanzadas del disco. A ritmo de carrera hay infidelidad y cansancio en "Don't be so Hard"; bajos metálicos y guitarras presurosas donde no hay mañana tiene el egoísmo de "It's that you Want that Matters";  el desgaste absoluto por la ingratitud amorosa está en "What did your last Servant die of?", 'After all that I have done for you'. Desazón sin retorno.
Guitarras veloces para corazones rotos. David Gedge.
Aunque el album tiene encendido el motor todo el tiempo, la aceleración llega a niveles insospechados en temas cortos y enfadados como "All this and more" o "Shatner" donde se espera un homenaje al protagonista de Star Trek, pero no deja de ser una dura referencia al maltrato doméstico. Las manos de Gedge y Solowka son pura combustión sin freno, pero nunca se salen de la autopista melódica. La única tregua al desamor raudo es la idílica "A Million miles", un indie dulce y reposado que escarba el amor por muchos kilómetros.

Dolor sin aspavientos en un huracán controlado de riffs y acordes. Eso nos deja George Best.


GRAN TRACK. Con las máquinas encendidas despega "Anyone can Make a Mistake", una canción que parece rescatarse del post-punk para vestirla de tonos más claros. Gran ejecución instrumental y una vez más, sollozos de desafecto entre el incendio de los riffs.

MAL TRACK. Aunque tiene un bajo marcado y tentador, "You can't moan Can you?" es un indie mas bien sosegado. No es mala pieza, pero no despega del todo.



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