Disco publicado en octubre de 2006
Tristeza para el alma. Soul for the heart. Desde los lejanos setentas no se sentía una reminiscencia tan profunda y un espaldarazo tan contundente para el género como el que logró Amy Jade Winehouse desde Londres, creando un clásico contemporáneo inmediato y emergiendo desde las raíces de nombres respetables como Etta James o Ella Fitzgerald, comenzando en el abrigo del jazz y explotando en los beneficios del soul con Back to Black, su segundo disco.
Estaba Joss Stone, cierto. Cantaba Alicia Keys, verdad. Interpretaba Mary J Blige, real. Pero la figura mitológica que creó Amy a través de su poderosa voz, su peinado beehive, sus tatuajes y su vida de rockstar la consolidaron como la personalidad del soul más importante de la primera década del milenio. Su formación musical cercana al jazz se hizo notar en su album debut Frank (2003), pero con el paso del tiempo y la producción de Mark Ronson su inclinación a la nostalgia del soul en los 60s fue clave para crear un disco que dejó honda huella en el nuevo milenio.
Al estilo Ronettes o Supremes, se hizo a un look evocador. Trompetas, violines, panderetas y organismos musicales importados de antaño definieron su sonido. Aquella sofisticada atmósfera entró en un choque peculiar con el corazón roto de Winehouse, que impregnó de desamor lírico todo el disco en un paisaje de botellas vacías, lágrimas secas, adicciones inevitables y un no retorno que se desahogaba en finura.
Único look, única voz. Amy en el 2006. |
Los desbarajustes del cuerpo provienen de los desórdenes del corazón. Infidelidad, inseguridad y un amor patológico fueron tópicos comunes en las canciones de Winehouse. "You know I'm no Good" es el reconocerse chica fatal en asuntos del corazón, 'I told you I was trouble'. Melancolía elegante se destaca en "Love is a losing Game", donde el fracaso amoroso en metáfora de juego sigue siendo la consigna. 'And now the final frame/ Love is a losing game'.
Su adicción más letal: Blake Fielder-Civil |
El némesis sentimental de Amy se llamaba Blake Fielder-Civil. Fue el motivo de muchos de sus excesos, de sus gozos, de sus lágrimas, pero en especial de sus letras. No pudo superar a la pareja que le dio todo y le dio con todo. Arpegios lentos de desazón al estilo Motown en "Wake up Alone"; melodías vívidas y entusiastas para relaciones fallidas y líricas alicaídas en la gran "Tears dry on their Own"; intentos infructuosos de nuevas relaciones en "He can Only hold Her" y rocksteadys que confirman la fantasmal presencia del ex en "Just friends", 'I wanna touch you but that just Hurts'. Amy, condenada a un amor eterno y enfermizo.
El bello dolor reviviendo el soul, rematando el amor. Lo que nos deja Back to Black.
GRAN TRACK. Piano insistente, doliente. Instrumentos lastimeros pero robustos. Y una voz cargada de puro desamor y rechazo nos deja su estelar "Back to Black", donde no hay sitio más profundo para caer. 'I died a hundred times/ You go back to her and I go back to...'. Puro drama soul.
MAL TRACK. En nostalgia de coros estilos 60s , otra canción de amor sin esperanza, "Some Unholy War". Los coros ayudan a darle vigor, pero la canción mas bien mantiene un tono plano.
Comentarios
Publicar un comentario