LA ATORMENTADA PERFECCIÓN DE BRIAN WILSON : CHILD IS FATHER OF THE MAN


En medio de su imperfección nerviosa y desorden mental, Brian Wilson ha sido un maestro de los arreglos. La luz y sombra principal de The Beach Boys ha orientado al pop a peldaños inimaginables, casi sinfónicos, desde una óptica tan cuidadosa y llena de recursos que una aparente canción de dos minutos disfrazada de simpleza es un continuo juego de engranajes, superposiciones, piezas complejas y trucos de grabación de calidad imponente. Uno de sus grandes testimonios fue aquella resurrección de las cenizas llamada Smile (2004).  

                             

Si ese trabajo se hubiera publicado en la misma época del Sgt Pepper de The Beatles, hubiera competido cara a cara sobre el album mejor producido de la historia. Finalmente se quemaron los masters y Wilson tuvo que recurrir a la memoria y su genio creativo 38 años después para recomponer una obra maestra en modo solista. De allí se extrae "Child is father to the man", que renació de los 60s para convertirse en una vitrina repleta de sorpresas sonoras, producto de sus delicados arreglos.


No hay mayor necesidad de letras. Una sola frase -extraída de un poema de William Wordsworth-  se transmuta en un rebaño de coros, voces multiformes que redecoran el espacio auditivo trabajando en conjunto con percusiones delicadas, un piano magistral, violines pulcros, trompetas celestiales y un interludio vocal positivista que sería producto de envidia para los Fab Four. Al final, el piano suelta su porte más dramático en compañía de unas cuerdas cinematográficas y una orquestación que no parece de este mundo.


Brian Wilson logró combatir su difícil relación con su cerebro, domesticar sus nervios y darle al mundo una dosis extraordinaria de atormentada perfección.

'Out of the wild into what you can't conceive
You'll achieve'.




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