LA NECESIDAD DE 'ELLA': HARRY STYLES Y SHE

 

Desprenderse de One Direction no fue difícil. El británico Harry Styles se encontró con un pop muy personal, de aire juvenil pero nostalgias viajeras hacia los 70s, el soft rock y el antiguo R&B. Su voz no se excede, se recoge en momentos tiernos pero nunca pierde la compostura. Luego de compilar fama entre premios, singles, listas y críticas, el momento álgido de comenzar a enfrentar a públicos más maduros fue Fine Line (2019), donde encontró un culto global y ancianos y niñas adolescentes coreaban al mismo tiempo varias de sus melodías.

 

Dentro de su dulzura pop y su elegancia sin protocolo se esconde "She". Ingredientes psicodélicos se montan en un tema de seis minutos que podría sonar sin problema en la tornamesa del abuelo y sentarlo al deleite entre la lentitud del compás y los relinchos de una guitarra que se rasga en acidez. Harry canta con ambigüedad mientras el piano y el bajo van marcando un ritmo nostálgico de café concierto, hasta que los teclados y las guitarras se refriegan en un duelo lisérgico soltando su vergüenza y sacudiendo el horizonte. Un pop que se atreve sin necesidad de despeinar su apariencia. Rudeza aguda que jamás encoleriza y va conquistando entre rasguños pulcros y atmósferas de antaño traídas a la vuelta de la esquina.


Aún se mantienen las conjeturas sobre el significado de "She". Se piensa en una evocación de mujer, de mantenerse a su lado y volverla anhelo permanente. Pero la necesidad de 'Ella' puede transportarse a explorar más el lado femenino de Styles e intentar escaparse de su condición masculina para explorar aquel universo sin miedo. Encarnar lo desconocido, suscitar aquella ajena sensibilidad y subirse a un vehículo en el cual sentirse cómodo sin dejar de reconocerse como hombre. Mientras el solo de guitarra de Mitch Rowland le da LSD al parlante, Harry solo quiere escapar con la melodía y sentirse confortable en su rítmica ambigüedad.

"Lives for the memory    

A woman who's just in his head"

 

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