EL PASADO SIN FUTURO DE THE STOOGES : 1969


Finales de los 60s. Las flores del hippismo se van marchitando y comienzan los indicios del salvajismo. Desde Detroit asoman cuatro semillas de pesimismo hostil que destilan su rabia en diapasones y cueros. The Stooges se despachan sin aspavientos en declaraciones de guitarras que escupen al amor y se revientan en un cómodo primitivismo de laceraciones, riffs de inminente escándalo y unas ganas terribles de hacer erupción de rock and roll sin restricciones para el planeta. Es el album debut homónimo. 

Inicia un wah wah engañoso. Ron Asheton, guitarrista de la banda, pareciera querer funky pero se hace nasty. Riffs sencillos pero sólidos componen el cuerpo de "1969", que sin una gran vestidura expone toda la furia que anticipaba a los 70s. A la mitad de la canción Ron estruja su instrumento, lo viola sin compasión y exhala un solo sucio, de peligroso poder y desahogo explícito. Iggy Pop va cantando con aquella voz profética que llama al no futuro, con calma inicial y frenetismo final, como su cuerpo poseído por un animal que goza el propio castigo. Es el año del proto-punk.

Desorden vigoroso. The Stooges.

Carrera acompasada en los tambores de Scott Asheton entre los aplausos de Iggy. El bajo espeso y cadencioso de Dave Alexander va llevando el ritmo con sigilo pero furia contenida. El creciente descontento se siente en las paredes de la canción: retumba la anarquía y frustración, años que pasan sin ningún progreso, el estancamiento de la juventud, el hastío del sistema y la constante nausea de rutina, todo envuelto hacia el bote de basura en una declaración de punk años antes que el mismo género diera su propio grito. The Stooges brindando la antesala de la cólera lozana.

"It's another year for me and for you

Another year with nothin' to do"


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