THE JAM - SOUND AFFECTS


Disco publicado en noviembre de 1980


A Paul Weller le sentó la idea de vestir bien al punk, ordenar un poco sus ideas y aderezarlo con nostalgia de los sesentas. Luego de sus sismos controlados de All Mod Cons (1978) y Setting Sons (1979), The Jam tomó una dirección más reposada, ávida de rescatar melodías estilo Beatles, The Who y Kinks y se introdujo sin temor al momento new wave de finales de los setentas. El resultado fue un disco menos furioso pero consistente en los tiempos y ritmos. Así nació Sound Affects.

                    

La sintonía con el new wave y los acercamientos al soul -que años más adelante se verían en The Style Council de Weller- llevaron a la banda a un estilo más desenvuelto. El bajo de Bruce Foxton sólido, líder y autoridad entre el rock agreste y el funk fresco; la batería de Rick Buckler, acelerada con la premura, reposada con la reflexión; la guitarra cortante, nostálgica y bien ataviada de Paul Weller, quien mantiene su canto frontal con algunos momentos de condescendencia.

Estos ingleses de Surrey se desligaron de la zona conceptual de Setting Sons, le dieron más concesiones a un sonido menos áspero y combinaron lo idílico con la crítica social. Fue una especie de centro en la balanza entre el punk y el new wave, con escupitajos contestatarios mezclados con la esperanza de un mundo mejor y más amado. Fue una entrada adecuada a la convulsión colorida de los años ochentas.
Rabia bien vestida. Weller, Foxton y Buckler.
Los arpegios y las melodías se rinden ante el espíritu 60s: canciones que se despachan en reminiscencia, como el anhelo por sentir el lunes cerca para ver a la amada en "Monday", la enérgica pero evocadora "Dream Time", la dinámica soñadora de voces suaves "Boy about Town", y la lenta pero inteligente "Man in the Cornershop", que refiere a la inconformidad del ser humano y la mirada envidiosa hacia el prójimo, 'Go to church do the people from the area/ For God created all men equal'.

Foxton es el guía en la oscuridad. Bajo contundente en los momentos más post-punk del disco, marca la pauta en "Pretty Green", pellizco crítico al consumismo; la prisa precisa  de Rick Buckler en los tambores se nota en la canción más cercana a su pasado musical, "But I'm different Now", con velocidad punk pero la corbata puesta; la angustia y desazón sobre ideologías baratas y falsos fanatismos se reflejan en dos temas de suma intensidad musical, el incendio post-punk de "Set the House Ablaze", y el bajo afanoso de Foxton en "Scrape Away", que divulga lo equivocadas que andan muchas cabezas en el mundo, 'The trouble is your thoughts a catching disease'.

Paul Weller, la guitarra estridente pero nostálgica
Parte del éxito de este disco se debe a su cercanía al new wave, pero curiosamente, también a los 60s y su tono Beatles. "Start!" es un homenaje directo al "Taxman" de los Fab Four, con bajo juguetón y guitarras medio funk, éxito rotundo en Reino Unido. No obstante, The Jam soltó la electricidad y logró una de sus más memorables piezas con "That's Entertainment", guitarras acústicas que despojan de lujos y frivolidades al estilo de vida londinense y se muestran desde la realidad, 'A baby wailing, a spray dog howling/ The screech of brakes and lamplight blinking/ That's entertainment'.


Los 60s le dan una mano a los 80s, como la corbata le dio una mano al punk. Sound Affects fue testigo de ello.


GRAN TRACK. Cual precursor de indie, el frenetismo estructurado de "Set the House Ablaze" es un poderoso golpe de prisas musicales, acondicionada para el post punk de una época cambiante, llena de falsos profetas e ideologías inconsistentes. Oscuridad apremiante de calidad. 'You was so open minded/ But by someone blinded/ And now your sign says close'.

MAL TRACK. La única canción que compuso el trío conjuntamente es "Music for the Last Couple". Casi instrumental, muy cercana al new wave, algo divertida, pero que puede ser prescindible en el album.






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